Un momento maravilloso
Categoría:
REFLEXIONES
Ayer vinieron a visitarme mis sobrinos Daniel y Alessia de casi cuatro años. Como se imaginarán, a esa edad son incansables, imparables y tienen energía hasta para regalar... sin embargo, ayer pasó algo fuera de lo común y que me emocionó mucho, por eso lo comparto con ustedes. Como muchos sabrán, yo practico el Budismo y tengo un altar en mi cuarto donde hago mis meditaciones cada día. Anoche estaba con mis sobrinos en el cuarto y ellos espontáneamente empezaron a preguntarme quién era Buda, si era hombre o mujer, qué era ese collar de bolitas que estaba alrededor de su cuello, si él se molestaba si le apagábamos las velas, para qué servía el cojín que estaba a los pies del altar y cómo le rezaba yo a Buda. De una manera muy clara y simple yo les expliqué y respondí cada una de sus preguntas. Cuando pensé que ya habían saciado su curiosidad y me iban a pedir que jugáramos a otra cosa, Daniel me dijo que él quería rezarle a Buda como yo lo hacía, sentí una emoción tan grande que mis ojos se llenaron de lágrimas; Alessia me pidió lo mismo.
Nos sentamos los tres en el cojín, apagamos la luz del cuarto, y con todas las velas prendidas, ellos agarrando el mala (rosario) en la mano y dándole vueltas a una de las cuentas con sus manitos chiquitas, repitieron conmigo el mantra de la compasión (Om Mani Padme Hum) perfectamente bien pronunciado y con sus ojitos cerrados... fue un momento mágico inexplicable, donde la energía era inmensa, maravillosa, que venía de dos seres con el alma tan pura, tan llena de amor.
Estos momentos que la vida te regala, te hacen sentir tan agradecida, tan feliz, tan vital que sólo agradeces a la energía divina por tan lindo regalo.
Nos sentamos los tres en el cojín, apagamos la luz del cuarto, y con todas las velas prendidas, ellos agarrando el mala (rosario) en la mano y dándole vueltas a una de las cuentas con sus manitos chiquitas, repitieron conmigo el mantra de la compasión (Om Mani Padme Hum) perfectamente bien pronunciado y con sus ojitos cerrados... fue un momento mágico inexplicable, donde la energía era inmensa, maravillosa, que venía de dos seres con el alma tan pura, tan llena de amor.
Estos momentos que la vida te regala, te hacen sentir tan agradecida, tan feliz, tan vital que sólo agradeces a la energía divina por tan lindo regalo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario