El mundo del tatuaje

El sábado pasado acompañé a Renata a hacerse una cobertura en el brazo y pude sumergirme un poco en el mundo del tatuaje en Brasil. A los brasileros les encantan los tatuajes y no hay edad ni sexo para hacérselos; y no se hacen uno, la mayoría tiene mínimo tres. Los estudios para tatuar están siempre llenos y son de lo más modernos y bien montados y con muy buenos estándares de seguridad y calidad. Fuimos a Paulo Tatoo en el barrio de Recreio. Paulo tatúa desde 1977 y su estudio es el mejor tatuador de Rio de Janeiro; él usa tintas importadas y agujas descartables. Él tiene una energía increíblemente bacán y es súper profesional, te dá mucha confianza y sabe su trabajo, cosa que es importante cuando uno va a tatuar su cuerpo por el resto de su vida.
Mientras esperaba, me puse a leer los artículos que estaban publicados y uno de ellos hablaba de cómo las tendencias para tatuarse han cambiado a lo largo del tiempo.
En un inicio los marineros y los presidiarios se tatuaban; con el pasar del tiempo los tatuajes se pusieron de moda entre los motociclistas y los cantantes de Rock pesado; los tatuados eran en su mayoría hombres. Ha pasado el tiempo y las cosas han cambiado mucho. Pues el mundo del tatoo no es la excepción.
En la actualidad se ha hecho un estudio en Brasil y los resultados son sorprendentes: Hoy en día las mujeres son las que más se tatúan; los motivos son diversos y la variedad de tatuajes que hoy uno puede escoger es ilimitada; los tatuadores se han convertido en artistas y es increíble cómo plasman su arte en el cuerpo que se convierte en un lienzo.
La tecnología también es una herramienta importante para el tatuador y lo ayuda a dibujar, rediseñar, crear, transformar una figura y convertirla en una obra de arte.
Mientras esperaba que la cobertura de Renata estuviese lista, llegó el siguiente cliente. El venía a hacerse un tatuaje muy especial y nos contó su historia; tuvo un ataque de apendicitis y luego una infección generalizada que lo tuvo al borde de la muerte; el venía para hacerse un tatuaje que plasmara su agradecimiento a la vida y al doctor que lo salvó de una muerte casi segura.
Los tatuajes son una forma de expresión muy profunda para muchas personas y hay que respetar a quienes los tienen sin juzgar. Esperemos que algún día este mundo lleno de intolerancia, que juzga y etiqueta a la gente cambie y que el respeto siempre esté por encima de todo.