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1 de mayo de 2008

Invocación a Shiva

OM Namah Shivaya
Shiva: auspicioso, es el dios destructor de la Trimurti: ("tres-formas", la Trinidad hindú) junto a Brahma (dios creador) y a Vishnu (dios preservador).
Śivá tiene tres ojos, uno de los cuales está en medio de su frente (denotando su capacidad de ver las tres divisiones del tiempo: pasado, presente y futuro). El tercer ojo de Śivá en su frente es el ojo de la sabiduría, conocido como bindi. Es el ojo que ve más allá de lo evidente. En consecuencia a Śivá se lo conoce como Tri-netri-īshwara (‘señor de los tres ojos’). El tercer ojo de Śivá es comúnmente asociado con su energía salvaje que destruye a los malechores y los pecados.
Las cinco sílabas de este mantra representan el aspecto quíntuple de Shiva (productor, conservador y destructor respecto a la manifestación, encantador y liberador respecto al ser individual) y del universo (cinco sentidos, cinco elementos sutiles y cinco densos: éter, aire, fuego, agua y tierra). Por lo anterior, al repetir este mantra se obtiene realización espiritual y mundana, se vence al miedo y se alcanza protección sobre cualquier peligro. Además, destruye el deseo, produce desapego, sabiduría y bienaventuranza, acaba con el karma anterior, da vitalidad, valor y compasión. El pañchakshara mantra se considera la Pranava (la sílaba Om) en su forma densa. Se recomienda para todo tipo de personas, tanto para los de naturaleza activa como para los de naturaleza contemplativa y aun para los que han renunciado a toda actividad. Dice el Shiva Purana (Shatarudrasamhita 17, 27 y 34) que un hombre puede conseguir todo por medio de la repetición de las cinco sílabas y afirma que “la práctica debe comenzarse en el chaturdasi (cuarto día) de la quincena luminosa (de la luna nueva a la llena) y terminar el chaturdasi de la quincena oscura (de la luna llena a la nueva). Los meses de Magha (diciembre-enero) y Bhadrapada (agosto-septiembre) son los más auspiciosos. Durante la práctica deberá tomarse un solo alimento al día en cantidades limitadas”. El mantra de cinco sílabas deberá ser repetido quinientos mil veces, recordando todo el tiempo los diversos aspectos del Señor Shiva sentado en posición de loto con el creciente lunar y el río Ganges en su cabello enmarañado, su shakti sentada en su pierna izquierda y rodeado de sus servidores, realizando los mudras (gestos) abhaya (“no temor”, la palma derecha hacia el frente) y dador de dones (la palma izquierda hacia abajo). Debe ser adorado mentalmente como si estuviera situado en el corazón o en el plexo solar.

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