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26 de octubre de 2007

Vendo iluminación y espiritualidad

Los occidentales nos hemos volcado hacia la filosofía oriental y buscamos con desesperación algún camino que nos aleje del estrés, el capitalismo, el materialismo y nos conduzca nuevamente al camino de la espiritualidad y el desapego.
Está muy de moda viajar a oriente, sobretodo a lugares donde dicen se respira mucha espiritualidad como la India, Tibet y Nepal. Ahí llegamos muchos con la esperanza de encontrar al maestro que nos guíe hacia el camino de la iluminación; otros somos concientes de que no hay que viajar miles de kilómetros para encontrar ese camino: cuando uno está listo el camino se abre sin que uno lo pida o lo busque, viene sólo y el maestros aparece; otros, sin embargo sienten que la única manera de "elevarse " espiritualmente es yendo a cuanto retiro, curso, taller, charla, conferencia y viaje que se le cruce en el camino.
Siempre vas a encontrar a alguien que te venda lo que tú quieres comprar, que te diga lo que tú quieres escuchar y que te haga creer lo que estás esperando que suceda en tí: un cambio "milagroso" que te solucione la vida; pues la India no es la excepción. Dharamsala, ubicada al norte de la India en el estado de Himachal Pradesh, es una ciudad con una energía muy linda, es la residencia del Dalai Lama y de la colonia de refugiados tibetanos; ahí se respira espiritualidad y por eso hay una gran afluencia de occidentales que llegan a buscar ese "algo" que los haga mejores seres humanos. Ahí fui a hacer un curso de yoga, y me dí cuenta que te venden de todo: Yoga de todos los tipos inimaginables, meditaciones variadas a gusto del cliente, reiki, curación, masajes, etc, etc, todo muchas veces en un mismo centro o con un sólo "maestro"..... en otras palabras, te venden espiritualidad, te aseguran casi casi que volverás a tu casa iluminadísimo y con tu tercer ojo del tamaño del sistema planetario. En la India también encuentras de todo y no todos son espirituales, desapegados y buenos. No digo que todos sean unos charlatanes, pero definitivamente hay que ser realistas y tener cuidado para no caer redondito en una gran estafa... en todos lados hay gente buena y mala.
Lo lindo que he aprendido es que casi siempre, uno conoce gente iluminada, sabia, pura y bondadosa en los lugares más inesperados y no necesariamente en un Ashram o templo.
Uno no puede forzar las cosas, nadie te puede solucionar la vida ni asegurarte un camino espiritual seguro; el cambio sincero y el camino espiritual viene desde tu interior y no de fuera; no se estudia ni se imita, se dá en el corazón: si no hay ese cambio sincero, no hay maestro, ni curso, ni taller que lo produzca .... Una vez que ese camino se inicia, las cosas se dán por sí solas sin forzarlas y aunque a veces las cuestionemos o no las entendamos, recibiremos señales que nos dirán que andamos por buen camino.
Namaste.



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